Esta mesa de juego plegable tiene muchos encantos. Puede que os hayamos mostrado otras en el pasado, pero ninguna como esta. Su estado inicial, como podéis ver, presenta varios problemas.
El primero si miramos la mesa de frente vemos que el cajón está ligeramente bajo, rompiendo el dibujo geométrico de la cara frontal.
El más visible es la falta de tapete en su interior, en el que encontramos restos de papel de periódico pegados.
Si miramos más en detalle vemos que hay una grieta de más de un centímetro entre el bastidor y el tablero. Podéis verlo tanto en la parte exterior como en la interior.
Esta merma seguramente se ha debido al uso y a la pérdida de la humedad de la madera al hilo.
Para corregir este desplazamiento es necesario eliminar a fondo acabados anteriores y suciedad en el hueco y comprobar que la ranura esté limpia para poder desplazar de nuevo el tablero a su posición inicial.
Al colocarlo de nuevo vemos en la imagen derecha que el desplazamiento deja en la parte trasera la misma diferencia que hay que corregir mediante un listón de roble que encolamos y posteriormente entonaremos.
La limpieza es siempre una agradable sorpresa, como siempre en el taller elaboramos manualmente fórmulas de limpieza para cada mueble, según los acabados que tengan. Tenéis toda la información en nuestro taller online Número 1. Al avanzar en la limpieza vemos una preciosa talla geométrica en cintura que estaba completamente deslucida por el tinte original.
En la tapa de la mesa de juego plegable, en la imagen anterior vemos que hay manchas oscuras circulares muy marcadas. Las eliminamos con bisturí en las zonas puntuales grisáceas.
Una vez corregida la tapa apenas tenemos que enmasillar el hueco. Una vez seco reintegramos cromáticamente hasta igualar al conjunto.
Y aquí va otro de sus encantos. El sistema de patas plegable de esta mesa de juego abatible que se recoge a la perfección bajo el tablero una vez recogida mediante un gancho interior.
Una vez limpia la parte interior colocamos un fieltro cortado a medida con cola de contacto.
No ha sido necesario aplicar ningún tinte, el tono natural era tan bonito que basta con aplicar nuestra cera natural con esencia de naranja para conseguir un acabado que parece barniz, pero os aseguramos que sólo es cera bien pulida!
Las patas facetadas a seis caras es otro gran atractivo de esta mesa. Una vez pulidas lucen especialmente. La cera, a diferencia del barniz, deja el poro abierto de la madera. Esta ventaja es fundamental para permitir los movimientos de contracción y dilatación en el tiempo.
Hemos corregido las guías del cajón para dejarlo perfectamente en su sitio, de modo que resulte invisible y no rompa el dibujo geométrico del frente.
Esperamos que os haya gustado la restauración de este trabajo. Como siempre nos encanta que nos enviéis vuestros comentarios.
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